Carlos Jambrina a la guitarra
Los dos ingredientes esenciales del flamenco son técnica y alma. Carlos Jambrina ha hecho buen acopio de ambas. Bien conocido en Palma, donde ejerce como intérprete habitual en la Posada de Bellver y otros locales, Carlos ha dedicado su vida a la música flamenca. Músico autodidacta, tenía 24 cuando se enamoró del flamenco, y desde entonces lo ha convertido en su medio de vida. Además de dominar muchos estilos distintos ("palos") en su repertorio, puede conversar sobre su historia y desarrollo, de sus raíces gitanas y andaluzas, las influencias moriscas, africanas, y los estilos musicales judíos, del flamenco Jondo (serio, trágico) al flamenco festejo (alegre).
Como él dice, el flamenco ha llegado a ser su camino a través de la vida; éste expresa todas las emociones humanas, amor, dolor, felicidad, pasión, luz y oscuridad. Viendo tocar a Carlos, uno lo cree: él vive y respira flamenco, es un intérprete que pone su alma entera dentro de la música, y transporta a su audiencia.
Lo que es común a todo el flamenco es que es sentimiento. Y para expresar dicho sentimiento, el flamenco usa formas muy fuertes, que generalmente no dejan frío a nadie; uno puede amarlo u odiarlo.
Música a las 21:00 h
Concierto: 8 €
Concierto y menú: 25 €
Reserve, por favor. 971 136368
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